17 de enero de 2014

Miguel Álvarez 

Los empalados

La vida misma arrebatas con la estaca de tu indifrencia
y malogras la esencia del linaje de los hombres
mientre fluye
aún tibia la sangre
y urgas en las visceras buscando tu futuro.

Dejas tras de ti un barbecho perenne;
de miedo e ilusiones, de sueños y temores
bañado por ese caldo denso, denso y rojo 
que es fruto de la más absoluta cobardía.

Y así eres tú, así es tu vida
plantando simientes inertes
en cuerpos baldíos.

4 comentarios :

  1. Es que la indiferencia Miguel, muestra la crueldad del desamor y eso hiere, aniquila.
    Precioso tu poema, un beso.

    ResponderEliminar
  2. Un poema duro, de fuertes reproches a alguien que castiga tu sensibilidad con su indiferencia, una de las armas más terribles para el corazón.

    Saludos Miguel.

    ResponderEliminar
  3. Cómo hiere... la indiferencia cruel del desamor.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Dicen, que "duele más la indiferencia de un amigo, que la puñalada del enemigo" Y por eso te entiendo. Un abrazo.

    ResponderEliminar