1 de octubre de 2013

Poesía de café (I)

Miguel Álvarez

Hoy me fuí a tomar café a una cafeteria de mi barrio, una cafetería tematizada del cine, una cafetería con su rincón para leer, su estantería de libros de intercambio o para leer allí, un sitio tranquilo, con buena música y suavita para poder leer, escribir y tener charlas trascendentales, La Butaca

Pues bien, entre sorbo y sorbo de un rico y amargo café, mientras ojeaba un poemario, El llanto apagado de Antonio Moya me dió por escribir en una servilleta, con un bolígrafo húmedo y sin capucha (como debe hacerse, como se hacía antes) un pequeño poema.

Aquí os lo dejo, espero que os guste:


La cama está habitada por moscas
y larbas muertas
bajo el suave tacto de esta sábana negra.

El chirriar,
el grito y el sollozo,
el quejío,
...
La banda sonora de la vida quedó presa.

Entre esas,
inmoviles 
sábanas negras.

16 comentarios :

  1. Miguel, la vida siempre queda presa en los instantes y hay que volar rápido para atraparla.

    Un besito

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    1. Me encanta esa cafetería, no voy más por vago, pero iría cada mñn y pasaría horas con un libro y mi café

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    1. El café como la vida, debe ser intenso y muchas veces amargo.

      Un saludo Lapis

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  4. Ese cafe estaba muy amargo, seguro, porque te ha salido unos versos con dolor.

    Abrazos

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    1. Son un versos tristes, cargados quizás del recuerdo de mejores tiempos de .

      Un abrazo José Manuel

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  5. Hola Miguel, buenas tardes,
    en servilletas se han escrito grandes poemas,
    y este no ha sido la excepción.

    por cualquier cosa, dejo aquí dos terrones de azúcar =)

    Un gran abrazo

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    1. Muchas gracias Ariel, me da ánimos que te guste este poema de bar.

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  6. Miguel hemos cambiado el café. Pásate luego a ver si el siguiente es más dulzón :)

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  7. Creo que esos versos te los inspiró el lugar más que el café, tal vez oscuro lugar, o
    pusiste suficiente azúcar, pero sí, todo es bueno cuando se quiere escribir y tu poema es un lujo. Besos.

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  8. Me gusta el café negro y amargo, me hiciste recordar tiempos pasados en los extendía las servilletas y escribía hasta cubrirla.

    Es un poema triste, duele leerlo y muy bello.

    Un beso Miguel, que tu fin de semana sea agradable, te cuidas

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    1. No hay nada como escibir en un buen antro, en una buena servilleta, con un boli de los de toda la vida.

      Gracias Ame, por pasarte y comentar. Un abrazo.

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