Miguel Álvarez
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Hombre saliendo de la tierra |
Planta en el ocaso de los días
la tenebrosa mano de la incertidumbre
la simiente del porvenir
y nos castiga con hastíos,
con mundos sutiles,
con esperanzas y anhelos,
con sueños rotos,
con metas imposibles.
Y nos castiga un año más
anclándonos a este mundo cíclico
de tiempos pasados, de tiempos futuros
a este mundo cargado de mierdas
que supura edor por doquier.
¡Maldita seas, ilusión!
que plantas en el corazón de los hombres
una semilla de luz y calor.