Miguel Álvarez
I
Arranco con mis manos las raíces del tiempo
y dejo suspendidos los recuerdos
sobre el manto,
el mullido manto de muerte putrefacta;
que calienta,
que protege,
que resguarda el arraigo de la vida.
II
Arranco la vida de entre la muerte.
Me arranco y desmiembro,
miembro a miembro las partes que entierro
en el caldo primigenio que forma tus anhelos
y observo,
impasible desde lejos
los estragos de un pasado muy presente.