Miguel Álvarez
Divagando entre los aromas
de plantas muertas maceradas,
viendo, sentado desde lejos
la esencia de la vida escapar,
me hallo en esta noche de soledad.
Sorbo a sorbo, trago a trago,
me sumerjo en este mar amargo
de silencios y callados.
Etéreo es, el pensamiento
que más allá de la razón rige
del hombre, el principio,
el fin y el instante.
¡Etéreo el hombre, etéreo!