Miguel Álvarez
Hoy me fuí a tomar café a una cafeteria de mi barrio, una cafetería tematizada del cine, una cafetería con su rincón para leer, su estantería de libros de intercambio o para leer allí, un sitio tranquilo, con buena música y suavita para poder leer, escribir y tener charlas trascendentales, La Butaca
Pues bien, entre sorbo y sorbo de un rico y amargo café, mientras ojeaba un poemario, El llanto apagado de Antonio Moya me dió por escribir en una servilleta, con un bolígrafo húmedo y sin capucha (como debe hacerse, como se hacía antes) un pequeño poema.
Aquí os lo dejo, espero que os guste:
La cama está habitada por moscas
y larbas muertas
bajo el suave tacto de esta sábana negra.
El chirriar,
el grito y el sollozo,
el quejío,
...
La banda sonora de la vida quedó presa.
Entre esas,
inmoviles
sábanas negras.
Miguel, la vida siempre queda presa en los instantes y hay que volar rápido para atraparla.
ResponderEliminarUn besito
Gran verdad Pepi, gran verdad.
EliminarEse cafe tendria algo, hummm
ResponderEliminarBeso
Me encanta esa cafetería, no voy más por vago, pero iría cada mñn y pasaría horas con un libro y mi café
EliminarEndulza ese cafe, hummmm
ResponderEliminarAbrazo
El café como la vida, debe ser intenso y muchas veces amargo.
EliminarUn saludo Lapis
Ese cafe estaba muy amargo, seguro, porque te ha salido unos versos con dolor.
ResponderEliminarAbrazos
Son un versos tristes, cargados quizás del recuerdo de mejores tiempos de .
EliminarUn abrazo José Manuel
Hola Miguel, buenas tardes,
ResponderEliminaren servilletas se han escrito grandes poemas,
y este no ha sido la excepción.
por cualquier cosa, dejo aquí dos terrones de azúcar =)
Un gran abrazo
Muchas gracias Ariel, me da ánimos que te guste este poema de bar.
EliminarMiguel hemos cambiado el café. Pásate luego a ver si el siguiente es más dulzón :)
ResponderEliminarYa me pasé, me gustaba más el otro ;)
EliminarCreo que esos versos te los inspiró el lugar más que el café, tal vez oscuro lugar, o
ResponderEliminarpusiste suficiente azúcar, pero sí, todo es bueno cuando se quiere escribir y tu poema es un lujo. Besos.
Gracias Julie, un abrazo.
EliminarMe gusta el café negro y amargo, me hiciste recordar tiempos pasados en los extendía las servilletas y escribía hasta cubrirla.
ResponderEliminarEs un poema triste, duele leerlo y muy bello.
Un beso Miguel, que tu fin de semana sea agradable, te cuidas
No hay nada como escibir en un buen antro, en una buena servilleta, con un boli de los de toda la vida.
EliminarGracias Ame, por pasarte y comentar. Un abrazo.